Cooperativismo y Desarrollo, septiembre-diciembre 2021; 9(3), 747-763
Turismo desde la cultura. Contribución al desarrollo local
Tourism from culture. Contribution to local development
Turismo através da cultura. Contribuição para o desenvolvimento local
Silfredo Rodríguez Basso1; Jorge Freddy Ramírez Pérez2; Iverilys Pérez Hernández3
1 Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca". Facultad de Ciencias
Económicas. Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo. Pinar del Río, Cuba.
https://orcid.org/0000-0001-6737-4080
antropol@upr.edu.cu
2 Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca". Facultad de Ciencias
Económicas. Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo. Pinar del Río, Cuba.
https://orcid.org/0000-0001-7891-2016
freddy@upr.edu.cu
3 Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca". Facultad de Ciencias
Económicas. Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo. Pinar del Río, Cuba.
https://orcid.org/0000-0003-2124-0962
iverilys@upr.edu.cu
Recibido: 25/07/2021
Aprobado: 19/11/2021
RESUMEN
El turismo cultural no ha estado exento de contradicciones en su evolución como disciplina científica. El objetivo del presente artículo consiste en fundamentar, desde la cultura, las contribuciones del turismo al desarrollo local sobre la base de varias iniciativas relacionadas con la modalidad de naturaleza. Se empleó el método histórico-lógico, el inductivo-deductivo y el de análisis síntesis, con el fin de estudiar la evolución del concepto de turismo cultural. Los métodos empíricos utilizados consistieron en el de recopilación y análisis de las fuentes primarias, la entrevista no estructurada y la genealogía antropológica. Como resultado, se exponen las principales contribuciones del turismo desde la cultura a través de las experiencias piloto de los Centros Turísticos Locales. A modo de conclusión, se constata el valor de la cultura como recurso para la puesta en práctica de propuestas estratégicas de desarrollo local a nivel de municipio, en materia turística.
Palabras clave: turismo; cultura; desarrollo local; turismo de naturaleza; centro turístico local
ABSTRACT
Cultural tourism has not been free of contradictions in its evolution as a scientific discipline. The aim of this article is to provide a cultural basis for the contributions of tourism to local development on the basis of several initiatives related to the nature modality. The historical-logical, inductive-deductive and synthesis analysis methods were used to study the evolution of the concept of cultural tourism. The empirical methods used consisted of the collection and analysis of primary sources, the unstructured interview and the anthropological genealogy. As a result, the main contributions of tourism from culture through the pilot experiences of the Local Tourist Centers are presented. By way of conclusion, the value of culture as a resource for the implementation of strategic proposals for local development at the municipal level, in terms of tourism, is confirmed.
Keywords: tourism; culture; local development; nature tourism; local tourist center
RESUMO
O turismo cultural não tem estado livre de contradições em sua evolução como disciplina científica. O objetivo deste artigo é fornecer uma base cultural para as contribuições do turismo ao desenvolvimento local com base em várias iniciativas relacionadas com a modalidade natureza. Os métodos de análise histórico-lógica, indutivo-dedutiva e síntese, foram utilizados para estudar a evolução do conceito de turismo cultural. Os métodos empíricos utilizados consistiram na coleta e análise de fontes primárias, entrevistas não estruturadas e genealogia antropológica. Como resultado, as principais contribuições do turismo baseado na cultura são apresentadas através das experiências-piloto dos Centros Turísticos Locais. Em conclusão, o valor da cultura como recurso para a implementação de propostas estratégicas de desenvolvimento local em nível municipal, em termos de turismo, é confirmado.
Palavras-chave: turismo; cultura; desenvolvimento local; turismo de natureza; centro turístico local
INTRODUCCIÓN
Un examen del turismo desde la cultura debe partir de la adopción de una postura conceptual ante el concepto de turismo cultural mediante el análisis fragmentado de los términos que lo conforman, lo que permite sortear, de algún modo, la dificultad de encontrar una "abundancia de definiciones de lo que es el turismo" (Francesch, 2004, p. 5) y lo difícil "de definir de manera precisa, con palabras, la cultura" (Lage Dávila, 2018).
Sin embargo, una inmersión teórica inicial permite constatar las convergencias entre ambos, al no restringirse a una tipología o submodalidad condicionada por el deseo de disfrutar de algún sitio con riqueza patrimonial. El turismo será, entonces, un área del conocimiento científico en permanente construcción, al estar estrechamente relacionado con la cultura desde sus más remotos orígenes.
Los primeros misioneros, cronistas y agentes comerciales que incursionaron en el Nuevo Mundo fueron los pioneros de la protohistoria del turismo (Francesch, 2004) al experimentar, en el contacto con la naturaleza y sus habitantes, la excitación por lo que consideraban extraño y exótico. Sus cartas y diarios de viajes serán las primeras descripciones sobre experiencias donde el placer del disfrute y la contemplación fueron parte de aquellas exploraciones iniciales.
En la década del 40 del pasado siglo, el turismo adquiere un estatus como disciplina científica cuando en "1941 Walter Hunziker y Kurt Krapf fundan en Suiza, el Instituto de Investigaciones Turísticas en la Universidad de St. Gallen y Berna" (Ascanio, 2010, p. 634) y el geógrafo Živadin Jovičić establece el término turismología en los años 60, socializado en una revista bajo el mismo nombre en 1972, al concebirlo como un proceso multidisciplinar que comprende dimensiones económicas, políticas, sociales, ambientales, históricas, geográficas, antropológicas, artísticas, educativas, comunicacionales y psicológicas.
En ella, se expresan una "suma de las relaciones e interacciones que se producen entre cualquier actor, cualquier actividad o cualquier producto en un momento y espacio determinado, con el fin de atraer, acoger y proveer de actividades a ciudadanos ocasionales en el mismo" (Velasco González, 2013), afirmación en la que reflejan dos elementos básicos presentes en la cultura: lo diverso en el espacio y el tiempo. Lo primero en el desplazamiento y lo segundo en lo perdurable. El cambio en la ubicación de un lugar a otro, distinto, diferente, sitúa la alteridad como núcleo central de la cultura, una de las expresiones de lo impreciso del concepto de turismo cultural.
Para sortear esta limitación, el propio concepto de cultura (Unesco, 1967, como se citó en Juliá, 2016), ofrece una hoja de ruta al definirla como:
( ) el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.
El conjunto de actividades que realiza el turista fuera de su entorno incluye determinadas prácticas que ejerce durante el contacto, en primer lugar, con un sujeto portador de esos sistemas de valores, creencias, patrimonio, tradiciones, cuyo resultado de esa producción espiritual constituye un atractivo turístico por su significado simbólico y práctico. Como producto, por supuesto, puede identificarse por lo general con objetos artesanales, vestuario e instrumentos danzarios, ajuar religioso, construcciones tradicionales, técnicas ancestrales de cultivo, razón que inspira la definición que aporta el Consejo Nacional de Cultura y las Artes de Chile (2015), que lo concibe sobre la base de:
( ) aquel tipo especial de turismo que incorpora los aspectos culturales, sociales y económicos en su oferta y demanda de bienes y servicios. Busca rentabilizar económica y socialmente el espacio local o lugar donde se desarrolla y se centra en que las personas viajan con la intención de desarrollar actividades turísticas que les permitan acercarse y comprender culturas distintas. Es decir, conocer estilos de vida, costumbres, tradiciones, festividades, historia, arquitectura y monumentos del lugar visitado.
A pesar de resaltar la trascendencia de la diversidad cultural, en la definición anterior, se aprecia la ambivalencia del concepto de turismo cultural cuando se menciona la presencia de un "aspecto cultural." Esto último sectorializa lo cultural a un área donde el turismo es parte de un todo. Tradiciones, estilos de vida e historia ¿no se trasladan también a un espacio distinto por el turista, con idioma, modos de actuación y representaciones de la realidad diferentes?
El patrimonio, por ejemplo, es el atractivo hacia donde más se dirige la actividad del turista cuando se aborda lo cultural en la modalidad urbana del turismo. ¿Ante qué tipo de turismo estamos cuando se contemplan las construcciones, calles y edificaciones? ¿Cultural, Urbano o Turismo Urbano y Cultural? Ello no niega, por supuesto, las necesarias clasificaciones que exigen los estudios de este tipo, aunque autores como Cardoso, Collado, Pérez y Rodríguez (2019, p. 57), conciban lo cultural en integración con lo rural como es en Viñales, Pinar del Río, donde existen al interior de esta modalidad, modos de "vida, actuaciones y presencia de cultura campesina y vernácula" o Cabrera y Cabrera (2020), al utilizar, para el caso del Consejo Popular Sumidero, Minas de Matahambre, una clasificación donde se identifican recursos que se diferencian por su riqueza histórico-cultural, rural y de naturaleza.
Algo similar ocurre en la definición de turismo cultural (OMT, 2017, como se citó en Espeso Molinero, 2019), donde se hace referencia a "productos culturales tangibles e intangibles" y que, además, lo identifican con:
( ) un tipo de actividad turística en la que la motivación esencial del visitante es aprender, descubrir, experimentar y consumir las atracciones/productos culturales tangibles e intangibles en un destino turístico.
Estas atracciones/productos se relacionan con un conjunto de características distintivas de material intelectual, espiritual y emocional de una sociedad que abarca artes y arquitectura, patrimonio histórico y cultural, patrimonio culinario, literatura, música, industrias creativas y las culturas vivas con sus estilos de vida, valor, sistema, creencias y tradiciones.
El concebir dentro de esta actividad el consumo de los productos generados por esas "culturas vivas", ubica, por supuesto, al portador de la cultura como un actor clave del ciclo aprendizaje-descubrimiento, experimentación-consumo, que caracteriza la práctica turística, sin embargo, sus resultados se reducen a ese "conjunto de características distintivas" presentes en las artes, la arquitectura, el patrimonio, las creencias y las tradiciones. ¿Lo anterior define la existencia de un turismo cultural o de un turismo, desde la cultura? ¿No estamos en presencia de la misma tautología, presente en el concepto anterior, cuando se define un turismo cultural que hace referencia a productos culturales?
En resumen, el turismo cultural constituye una acepción aceptada por la academia ante la existencia de su perfil urbano, natural y rural, cuestión que resalta la riqueza del concepto de turismo. Un turismo desde lo cultural, sin pretender suplantar el concepto de turismo cultural, permite operar en los límites difusos que establece cualquiera de sus variantes, donde lo cultural, no visto ya como dimensión o tipo, reside en una concepción integradora de este tipo de actividad donde se ubique como centro al ser humano, su subjetividad y práctica asociada en toda acción transformadora en función de un cambio sostenible. De ahí el objetivo del presente artículo, el que consiste en fundamentar, desde la cultura, las contribuciones del turismo al desarrollo local, sobre la base de varias iniciativas relacionadas con la modalidad de naturaleza.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los métodos empleados, pertenecientes al paradigma cualitativo, se ajustaron al objetivo de la investigación. Los teóricos se sustentaron en el histórico-lógico, el inductivo-deductivo y el de análisis síntesis, con el auxilio del método empírico de recopilación y análisis de las fuentes primarias, lo que posibilitó estudiar la evolución del concepto de turismo cultural, las limitaciones y aciertos en su formulación, con el fin de fundamentar la presencia de un turismo desde la cultura. El etnográfico se utilizó durante el acceso a las comunidades estudiadas mediante entrevistas semiestructuradas a varios sujetos del sector empresarial e institucional. La no estructurada se aplicó con la anuencia de sus integrantes, a una familia de tipología ensamblada, aquella que se reconstituye sobre la base de la unión de los progenitores y la descendencia de ambos o de uno de ellos, cuyo procesamiento, a través de una genealogía antropológica, posibilitó la interpretación de los datos obtenidos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Lo cultural subyace en cualquier modalidad turística, representado con una franja de transición mediada por la actividad humana, ya sea en un entorno urbano y rural, con niveles diferentes de antropización y conservación. El rural, por ejemplo, en las áreas forestales contiene potenciales para el desarrollo del turismo con un enfoque multisectorial, integral, multidisciplinario y participativo (Rodríguez Martínez et al., 2020), expresión de un pensamiento estratégico donde la cultura es un proceso transversal, como se representa en la figura 1.
Fig. 1 - Ejemplo de transversalidad de la cultura en el turismo
Fuente: Elaborado por los autores
Muestra de ello se encuentran en las experiencias en materia de desarrollo local, enfocadas hacia la aplicación de la ciencia y la innovación desde la cultura en el turismo, mediante la alianza gobierno-universidad-empresa, como vía para el estímulo de esta actividad.
La inserción en 2015 de los municipios Los Palacios, Consolación del Sur, La Palma, Pinar del Rio y Viñales, en la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (Padit), contribuyó al posicionamiento del desarrollo local como tema estratégico en 2016, donde a través del Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo (CE-GESTA) de la Universidad de Pinar del Río, se ejecutó la asesoría y acompañamiento al gobierno provincial y municipios en el diseño, gestión, monitoreo y evaluación del impacto de las Estrategias de Desarrollo Municipal (EDM), donde se incluye la cultura como herramienta de trabajo en la fase piloto de los Centros Turísticos Locales (CTL) ubicados en La Palma y Guane.
Los CTL parten de una experiencia internacional de turismo a pequeña escala, que se aparta del modelo tradicional asociado a una infraestructura hotelera con amplia cobertura de alojamiento en escenarios de sol y playa. Bajo una concepción bioclimática en su edificación en armonía con el entorno natural, los CTL responden al concepto de turismo de naturaleza donde la cultura constituye un valor agregado en el entorno donde predomina un escenario rural en los municipios de La Palma y Guane.
El primero, situado en una zona boscosa matizada por una abundante diversidad biológica y el segundo, emplazado en un área de relieve cársico con un paisaje característico relacionado con la resistencia esclava y las tradiciones campesinas. Su estrecho vínculo con el grupo empresarias agroforestal, las formas de gestión no estatal, las instituciones y las comunidades, constituye una oportunidad para la reactivación de las potencialidades endógenas presentes en los municipios y consejos populares sobre la base de un programa de desarrollo turístico local que forma parte la Estrategia de Desarrollo Municipal.
En el diseño de los CTL, se implicaron diferentes actores, entre ellos, el Consejo Popular, con diferentes iniciativas sociocomunitarias. Esto posibilitó incorporar los saberes populares acumulados por generaciones en la concepción de los CTL "Guacamaya", en la Palma y "Rocío del Sol", en Guane, en articulación con el Grupo Agroforestal, empresa perteneciente al Ministerio de la Agricultura; la Universidad de Pinar del Río; el Centro Universitario Municipal y el Gobierno, como respuesta a una visión del desarrollo local donde la innovación alcanza un alto nivel de socialización, al incorporar la capacidad creadora de la comunidad como una herramienta que garantiza el impacto efectivo de toda iniciativa desde lo económico, ambiental, sociocultural o institucional. En tal sentido, desde el momento en que comenzaron a gestarse los CTL, han fungido como un turismo rural desde la cultura.
Bajo este criterio, el primer emplazamiento, ubicado en el municipio La Palma, en terrenos de la empresa agroforestal, próximo a las elevaciones de la sierra "Guacamaya" de la que asume el nombre que lo identifica, contiene, como fortaleza, el peculiar paisaje que armoniza con las tradiciones productivas asociadas al cultivo de la tierra y a la cría del ganado mayor y menor, atractivo de alta demanda por parte del turismo centrado en el consumo de productos de la cultura.
El segundo emplazamiento, perteneciente a la empresa agroforestal "Macurije", denominado "Rocío del Sol", nombre que adopta de una planta carnívora (Drosera capillaris), según se refleja en la figura 2, constituye la expresión de cómo se aprovechan la orografía, hidrografía y flora, junto a la abundante toponimia de antecedente aborigen, reserva a utilizar para identificar cada una de las habitaciones de alojamiento.
Fig. 2 - Ejemplar de Rocío del Sol
(Drosera capillaris), en la sierra de pizarras, cuenca del
río Guasimal, municipio Guane, Pinar del Río
Fuente: Imagen tomada por el profesor Jorge Freddy Ramírez Pérez en 2018
Con una tipología constructiva fijada en criterios bioclimáticos sustentables, armonía con el entorno natural y de moderada inversión, aprovecha desde la cultura las tradiciones de los pobladores de la localidad en el uso de materiales obtenidos, en lo fundamental, de los pinos y la palma, junto a las habilidades y destrezas que exigen el uso de estos materiales para la edificación de estos emplazamientos, toda una cultura típica que caracteriza la vivienda campesina, a tono con las exigencias de un turismo rural tal y como se muestra en tercera dimensión, el diseño de los dos CTL, la Guacamaya y Rocío del Sol, en la figura 3.
Fig. 3 - Representación en tercera dimensión de los CTL "Guacamaya" y "Rocío del Sol"
Fuente: Elaboración del profesor Jorge Freddy Ramírez Pérez
En ello, los talleres de sensibilización, como herramienta participativa a partir de los encuentros realizados con el gobierno local y directivos de la empresa agroforestal, posibilitaron la articulación con actores claves en la fase de diseño de los CTL. En su implementación, predomina un capital humano compuesto por población residente en la comunidad, en gran medida, en edad juvenil (Fig. 4), residente en el municipio, fuente de empleo ante una tasa de desocupación en 2018 del 1,1 en la Palma y del 1,0 en Guane, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei, 2019) sostén, además, del sentido de pertenencia hacia el área intervenida como garante de sostenibilidad de los proyectos en ejecución durante la edificación de los circuitos de acceso a las instalaciones construidas, en armonía con el relieve natural y con un máximo aprovechamiento del paisaje.
Fig. 4 - Jóvenes pertenecientes a la Empresa Agroforestal La Palma en la construcción del
CTL "Guacamaya"
Fuente: Imagen tomada por el profesor Jorge Freddy Ramírez Pérez en 2021
En entrevistas con la población autóctona, se detectaron otras potencialidades culturales presentes en la comunidad. Ejemplo de ello sería el intercambio sostenido con una familia de la comunidad Juan Gómez, encabezada por un hombre centenario de 107 años de edad, nombrado Juan Francisco Rodríguez Quintana.
Del diálogo sostenido, se pudo constatar su ascendencia aborigen de filiación taina por vía materna, lo estable de su permanencia en su lugar de nacimiento, conocido como "El Internado", cuya perdurabilidad ancestral lo clasifica como sujeto portador de una cultura al poseer valiosos datos preservados en su memoria histórica, trasmitidos por vía oral mediante la décima campesina, leyendas y anécdotas vinculadas con la guerra de independencia. Además, el cultivo del tabaco y la práctica de la montería de ganado mayor, de la que obtuvo lo balanceado de su dieta en carne y leche junto al consumo de vianda, asociado con lo avanzado de su edad. Un recurso cultural que complementa el atractivo turístico existente en la comunidad donde reside esta familia. Estos datos, fueron enriquecidos con la interpretación de la genealogía antropológica realizada a este grupo social, como se muestra en la figura 5.
Fig. 5 - Árbol genealógico de Juan Francisco Rodríguez Quintana
Fuente: Elaboración del profesor Silfredo Rodríguez Basso
Se pudo identificar la tipología ensamblada o mixta de esta familia, al convivir cuatro de sus hijos; de seis, dos de ellos difuntos, concebidos de su primera unión con María Govea Mora (ya fallecida) y el resto con la descendencia de su actual cónyuge, Ana Fuentes Muños, de 67 años de edad (Fig. 6).
Fig. 6 - Familia de Juan Francisco (al centro) y el equipo de evaluación turística
(extremo derecho e izquierdo), municipio Guane, Pinar del Río
Fuente: Imagen tomada por integrantes del equipo de Radio Televisión Comercial en 2018
La vivienda en la que residen, elaborada con materiales tradicionales a partir del guano de caña, paredes de madera y piso pulido de cemento, responde a una arquitectura campesina vernácula, con un mobiliario interior, compuesto por algunas butacas y sillones tradicionales, evidencia de la existencia en esta familia de destrezas y habilidades que se exigen para la construcción del modelo tipo de habitación a edificar, lo que se traduce en capacidades endógenas presentes en esta familia, aprovechadas en la práctica mediante la participación de la población autóctona en la materialización inicial de los CTL como contribución al desarrollo local.
Los CTL constituyen una propuesta comprometida con la economía local cuya base fundamental reside en la concepción de un turismo desde la cultura, lo que posibilita la diversificación de la actividad productiva y el empoderamiento de la comunidad, escenario propicio para la generalización de esta experiencia a nivel de territorio.
A modo de conclusión, un turismo desde la cultura posibilita comprender su carácter sistémico y transversal, al integrar diferentes dimensiones en función de propiciar una actividad turística sobre la base del aprovechamiento de las potencialidades culturales en la gestión estratégica del desarrollo local, mucho más allá del simple disfrute del patrimonio o el intercambio con los habitantes de la comunidad.
Los CTL constituyen un aporte innovador en materia de turismo rural a partir de la participación de varios actores comprometidos con el desarrollo municipal bajo una concepción ambiental sostenible con impacto en la elevación de la calidad de vida de la población.
Aunque predomina una concepción del turismo cultural desde una visión del patrimonio como en los casos de La Habana, Santiago de Cuba y Sancti Spíritus, como experiencia más extendida, los CTL maximizan a pequeña escala la expresión de la cultura al interior de la actividad turística, al haber demostrado su factibilidad como contribución al desarrollo local desde la visión sistémica e integradora de una cultura que trasciende en la actividad turística.
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Conflicto de intereses:
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
Contribución de los autores:
Silfredo Rodríguez Basso y Jorge Freddy Ramírez Pérez diseñaron el estudio, analizaron los datos y elaboraron el borrador.
Silfredo Rodríguez Basso, Jorge Freddy Ramírez Pérez e Iverilys Pérez Hernández estuvieron implicados en la recogida, el análisis e interpretación de los datos.
Todos los autores revisaron la redacción del manuscrito y aprueban la versión finalmente remitida.