Revista Cooperativismo y Desarrollo, enero-junio 2017; 5(1): 32-46
La gestión de la Agricultura Familiar en el municipio de Pinar del Río: un diagnóstico de su situación actual
The management of Family Agriculture in the municipality of Pinar del Rio: a diagnosis of the current situation
Llamil Otero Hidalgo1, Sandys Menoya Zayas2, Inés Margarita Torres Rivero3
1Licenciado en Contabilidad y Finanzas, Colaborador del Centro de Estudios de Gerencia, Desarrollo Local y Turismo. Máster en Dirección. Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”. Correo electrónico: llamil.otero@estudiantes.upr.edu.cu
2Profesor, investigador, asesor y consultor del Centro de Estudios de Gerencia, Desarrollo Local y Turismo, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Responsable de I+D+I. Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”. Correo electrónico: sandys@upr.edu.cu
3Doctora en Ciencias de la Educación, Máster en Desarrollo Social y en Ciencias de la Educación. Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”. Correo electrónico: inesm@upr.edu.cu
Recibido: 1 de abril de 2017.
Aprobado: 29 de mayo de 2017.
RESUMEN
La Agricultura Familiar es de gran importancia para el autoabastecimiento alimentario de las familias productoras, así como una fuente generadora de desarrollo local. En este sentido, sus puntos de contacto con el movimiento cooperativo y otras formas de economía social y solidaria, como las asociaciones, las fundaciones y mutualidades, son evidentes. El presente trabajo se efectuó en el municipio de Pinar del Río con el objetivo de caracterizar la situación actual del proceso de gestión de la Agricultura Familiar y su contribución a la Seguridad Alimentaria y Nutricional, partiendo del análisis de las fuentes primarias y secundarias de información que permiten evaluar el estado real del objeto de estudio. Se aplicaron métodos teóricos y empíricos; dentro de este último la técnica del cuestionario a través de entrevistas dirigidas a distintos niveles de decisión en relación con la estructura del programa Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar y encuestas a pequeños agricultores familiares cuyas unidades productivas clasifican como patios y parcelas. Finalmente, partiendo de la información obtenida y utilizando la técnica de triangulación, se establecieron los principales aspectos positivos y negativos relacionados con la gestión de la Agricultura Familiar y su contribución a la seguridad alimentaria y nutricional en el municipio seleccionado.
Palabras clave: diagnóstico; gestión; Agricultura Familiar; Seguridad Alimentaria y Nutricional.
ABSTRACT
Family agriculture is of great importance to food self-sufficiency of the productive families and a generating source of local development. In this sense, its points of link with cooperative movement and other forms of social and solidary economy such as associations, foundations and mutualities, are obvious. The work was carried out in the municipality of Pinar del Rio, in order to characterize the current situation of the management process of family agriculture and its contribution to food and nutrition security, based on the analysis of primary and secondary sources of information to assess the actual state of the object of study. In the research were applied theoretical and empirical methods, including some techniques as the questionnaire, applied to different levels of decision regarding the structure of Urban, Suburban and Family Agriculture Program, and surveys to small family farmers whose production units classified as courtyards and plots. Finally, the information obtained using the technique of triangulation, allowed to establish the main positive and negative aspects related to the management of family agriculture and its contribution to the food and nutrition security in the municipality selected.
Key words: diagnosis; management; Family Agriculture; Food and Nutrition Security.
INTRODUCCIÓN
Por la importancia que tiene la familia en el marco del desarrollo, autores como Tenorio (2008) manifiestan que esta puede ser analizada como institución y como grupo social. Como institución es una forma particular de estructura que norma la interacción de los sujetos que la integran y es parte del conjunto de instituciones de la sociedad. Como aspecto del ser social es un componente de las condiciones sociales de existencia y como tal está regulada por normas y leyes.
Desde esta perspectiva, Álvarez (1994) y Guzón (2008) explican la relación dialéctica entre la familia como organización y la misma sociedad; en este sentido se incluyen las actividades de abastecimiento y consumo a la satisfacción de las necesidades individuales y familiares y a las actividades de mantenimiento de la familia que incluyen todos los aportes de trabajo realizados por los miembros del hogar.
Bajo las anteriores concepciones del rol fundamental que juega la familia en la sociedad a nivel general, la agricultura, como uno de los sectores de la economía, ha permitido a muchas familias poseer una alternativa fundamental para buscar su desarrollo y mejores condiciones de vida. Analizando la Agricultura Familiar (AF) como forma de organización de la producción y generadora de desarrollo en los diferentes agroecosistemas o fincas, Pengue (2006) expone que se debe contemplar entre sus principales cuestiones económicas la posibilidad de replicar un modelo de producción y consumo con fuerte base local, que garantice niveles de calidad de vida y tribute a la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) junto con el ingreso y crecimiento económico bajo niveles equitativos. En el campo sociocultural se debe contar con un acceso justo al conocimiento y a nuevas prácticas tecnológicas para fortalecer, compartir y aplicar las experiencias de campesino a campesino, mantener el control local de las decisiones, revalorizar todo tipo de saberes y fortalecer la importancia de la diversidad regional y cultural (Pengue, 2006).
En medio de un complejo contexto global que enfrenta la AF en su evolución (extensa pobreza rural, crecimiento poblacional, demanda mundial de alimentos, necesidad de un modelo de gestión para el desarrollo más sostenible, el cambio climático, por mencionar algunos), la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) propone a los países de la región latinoamericana un marco estratégico de cooperación, con la finalidad de colaborar en la formulación y adopción de políticas y programas para aumentar la producción de bienes y servicios provenientes de este sector (FAO, 2012).
El marco estratégico propuesto presenta elementos importantes para el apoyo a la AF desde una visión general, sin embargo, la mayoría de los programas implementados por los gobiernos no cuenta con una relación de paquetes mínimos y complementarios de activos básicos (públicos-privados), que posibilite a los actores aprovechar plenamente las nuevas oportunidades y reaccionar de manera adecuada frente a nuevos retos y metas. Aunque este aspecto sea una realidad a nivel mundial, no hay dudas de que ha sido un importante paso para dar a conocer la contribución que genera la AF a la alimentación y, sobre todo, que se decidiera dedicar el año 2014 a dicho sector, en el que la FAO propone una definición, vista desde la gestión pública: “Agricultura familiar es una forma de organizar la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca, acuicultura y pastoreo; gestionada y dirigida por una familia y, sobre todo, que depende preponderantemente del trabajo familiar (tanto de mujeres como hombres)” (FAO, 2014).
En este sentido, es importante señalar los vasos comunicantes que se dan entre las prácticas de AF y los procesos de cooperativización, sobre todo en torno a los recursos agropecuarios. Tanto en un caso como en el otro, se trata de formas de gestión no estatales, basadas en principios tales como: la adhesión voluntaria y abierta, la autonomía e independencia, la cooperación y el interés por la comunidad. Solo que en el caso de la AF, esta representa una forma más cerrada de producción, basada fundamentalmente en la familia.
En Cuba, la necesidad de lograr el autoabastecimiento local y reducir los actuales niveles de importación y la dependencia en materia alimentaria, llevaron al Estado a declarar que la producción de alimentos es cuestión de seguridad nacional. Este importante hecho fue reflejado en la década de los noventa del pasado siglo, cuando el país tuvo una de las peores crisis económicas en los últimos años; los efectos se centraron en los niveles de producción de las diferentes ramas, tanto industriales como agropecuarias (García, Mederos, Fernández & Maestrey, 2014).
Marzín, Betancourt & Pérez (2014) refieren que en la actualidad el sector agrícola y, en especial la AF, se desarrollan bajo los efectos de una crisis desde las más diversas aristas (medioambiental, económica, política, social, legal y tecnológica), por lo cual el país enfrenta un importante reto para garantizar la SAN de la población, enfocado en dos vertientes: aumentar las producciones de los alimentos y reducir las importaciones.
Existe una voluntad política, expresada en los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, con respecto al desarrollo efectivo del programa de autoabastecimiento alimentario municipal, mediante una agricultura urbana y suburbana. (Partido Comunista de Cuba; 2011, 2016). De la misma forma, en julio de 2012, dada la necesidad de atemperar dichas regulaciones a las condiciones socioeconómicas existentes, se emite el Decreto-Ley No.300 como norma legal para el perfeccionamiento del proceso de entrega de tierras estatales en usufructo, con el propósito de asegurar la continuidad y sostenibilidad de las producciones agropecuarias y forestales, lo que constituye una oportunidad para que más familias puedan encontrar la forma de producir su alimento y mejorar paulatinamente sus condiciones de vida, como es el caso del municipio de Pinar del Río, territorio seleccionado para llevar a cabo la presente investigación.
Como antecedente empírico fundamental se cuenta con los estudios realizados por Torres, (2010), en los cuales constató que los gobiernos locales deben continuar trabajando en la movilización de los recursos existentes para incentivar aún más las prácticas de este tipo de agricultura, viendo a la familia como el eje impulsor para el desarrollo; sin embargo, dicho trabajo fue enfocado fundamentalmente a la formación y capacitación en SAN de los funcionarios gubernamentales.
A pesar de los avances y esfuerzos que se han realizado sobre este tema, aún prevalecen problemáticas tales como: importante disminución de la mano de obra rural, un 80% de importación de alimentos, la no existencia de un plan integral que permita promover la incorporación de más familias a una AF sostenible, la falta de una adecuada dirección estratégica del proceso de la AF (Dirección Provincial de Planificación Física, 2014; Torres, 2010).
Adicional a los aspectos antes señalados se suma el limitado aprovechamiento de los recursos endógenos y exógenos existentes, que inciden en la valorización de la producción de alimentos y el logro de los encadenamientos productivos como resultado de la integración de los diferentes actores, así como la falta de generalización de las experiencias de AF que se han concretado en el territorio.
Para los autores, todo ello presupone que la AF, en el contexto cubano, no solo tendrá que, en primer lugar, avanzar hacia una conceptualización acotada a la realidad socioeconómica y perspectivas de desarrollo nacionales, sino también asumir el reto de incorporar a su concepción y su gestión algunos principios del cooperativismo que le permitan dinamizar su rol familiar, comunitario y social, sobre todo aquellos relacionados con la estructura para su gestión y funcionamiento, la participación económica de los productores familiares (sin que esto signifique ánimo de lucro o mercantilización de sus producciones, teniendo en cuenta la pequeña escala productiva), así como ese aspecto medular que constituye la educación, formación e información, unida a la gestión del conocimiento y la innovación de las buenas prácticas y saberes familiares tradicionales y novedosos. Otra cuestión que deberá considerarse, sin duda, es la de las relaciones con el Estado, dada la fragilidad que muchas veces acusan a estas pequeñas unidades de producción familiar desde el punto de vista del acceso a insumos, tecnologías y mercados.
Tomando como base los elementos enunciados previamente, el presente trabajo se trazó como objetivo caracterizar la situación actual del proceso de gestión de la AF en el municipio Pinar del Río y su contribución a la SAN, partiendo del análisis de las fuentes primarias y secundarias de información que permiten evaluar el estado real del objeto de estudio.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para el desarrollo de esta investigación, con base en el método dialéctico-materialista como método rector del conocimiento científico, se utilizaron, como métodos teóricos, el histórico-lógico para determinar la evolución y tendencias en el desarrollo de la AF a nivel internacional, nacional y municipal. Como procedimiento teórico se utilizó el análisis y la síntesis, dirigido a la determinación de las necesidades de información, destacando el rol que juega actualmente la AF en función de la SAN, el papel que deben desempeñar los distintos actores (dígase el gobierno, el sistema empresarial, la comunidad) dentro del proceso y las diferentes acciones a contemplar en la estrategia para el desarrollo sostenible de la AF; todo ello mediante el trabajo con informes y documentos disponibles que permitieron un primer acercamiento al problema, dichos documentos son: investigaciones previas relacionadas con la gestión de la agricultura en Cuba y en el contexto de la provincia Pinar del Río (García et al., 2014; Laza, Nova, Hernández & Ordaz, 2014; Marzín et al., 2014; Padrón et al., 2014; Pérez, Ramos & Aragonés, 2015; Torres, 2010); el Plan General de Ordenamiento Territorial (PGOT) del municipio de Pinar del Río (Dirección Provincial de Planificación Física, 2014); informes estadísticos trimestrales de la Granja Urbana; resultados productivos que reportan las familias agricultoras y artículos publicados en revistas y sitios web.
Como método empírico se empleó el método de medición, el cual permite diagnosticar la situación actual del proceso de gestión de la AF, además de la atribución de valores numéricos para obtener información de indicadores donde se comparan magnitudes medibles y conocidas de las mismas formas productivas existentes; como técnica de investigación se usó el cuestionario, aplicándose encuestas a los agricultores familiares y entrevistas a actores relacionados con el tema.
En el caso de las entrevistas, su realización comprendió distintos niveles de decisión sobre todo en relación con la estructura del Programa de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar (AU/ASU/AF) en el país, desde el municipio hasta la nación (coordinado por el Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical “Alejandro de Humboldt” (INIFAT), entidad de ciencia e innovación tecnológica perteneciente al Ministerio de la Agricultura). Asimismo, fueron entrevistados los representantes empresariales que atienden este programa desde las formas productivas con que cuenta el territorio. Como complemento interesante se decidió entrevistar a especialistas en las temáticas de agroecología y agricultura sostenible de la Universidad de Pinar del Río, incluido el representante del Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL) en el municipio.
Para la aplicación de la encuesta a los agricultores familiares del municipio, el estudio se centró en aquellos productores que no pertenecieran como socios a ninguna forma de producción cooperativa y cuyas unidades agrícolas clasificaran como patios y parcelas, incluyendo los patios que ostentan la categoría de “Referencia Nacional” que otorga el Grupo Nacional de AU/ASU/AF. Para su selección se utilizó el muestreo aleatorio simple, con un 95% de confiabilidad y un 10% de precisión en la muestra, con una población de 3 607 experiencias. Dicho proceso fue apoyado por el software Sample.exe.
Finalmente, a partir de la información obtenida y su procesamiento mediante la técnica de triangulación de métodos de investigación y fuentes de información empleadas, se determinaron los principales aspectos positivos y negativos relacionados con la gestión de la AF y su contribución a la SAN en el municipio de Pinar del Río.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A. Análisis de los resultados de las fuentes de información secundaria
Situación de la Agricultura urbana, suburbana y familiar (AU/ASU/AF)
En la revisión de documentos se constató que, desde mediados de 2009, el Ministerio de Economía y Planificación orientó, en la proyección hasta el 2015, la elaboración de estrategias en los principales renglones productivos del sector agrario para contar con un incremento continuo anual de las producciones con eficiencia y costos competitivos (García et al., 2014). Dicha proyección marcó la celebración, en el año 2011, del Sexto Congreso del PCC, donde se definieron políticas para el país de forma general y en el sector agroproductivo en particular, encaminadas a dar soluciones a problemáticas que, en la actualidad, siguen latentes en el sector.
Para interés de esta investigación se analizan los lineamientos 205 y 206 del Sexto Congreso (Partido Comunista de Cuba, 2011) así como el lineamiento 170 del Séptimo Congreso (Partido Comunista de Cuba, 2016). En ellos se evidencia, en primer lugar, que se está trabajando para fortalecer el desarrollo de una agricultura en armonía con el medio ambiente, enfatizando en hacer uso eficiente de los recursos fitogenéticos y zoogenéticos (incluyendo semillas, variedad, disciplina tecnológica, protección fitosanitaria) y potenciando, además, la producción y el uso de los abonos orgánicos, biofertilizantes y biopesticidas.
Sin embargo, en ninguno de los lineamientos se establece a la familia como la base del desarrollo de las experiencias agroproductivas; se concibe la agricultura urbana y suburbana con el mismo enfoque al reconocido concepto internacional “agricultura familiar”, cuando dentro del mismo programa se trabaja este aspecto para las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA).
De ahí la necesidad y pertinencia de proyectar, socializar y generalizar las experiencias de muchas familias agricultoras y, sobre todo, la creación de acciones que permitan atender a las familias ya involucradas. Lo anterior corrobora lo planteado por Padrón et al. (2014) sobre la necesidad de establecer medidas que estimulen la incorporación, permanencia y estabilidad de la fuerza laboral del sector, así como el asentamiento familiar definitivo, el establecimiento de un sistema integral de capacitación para todos los actores y el reordenamiento de la actividad comercializadora.
La Delegación Municipal de la Agricultura cuenta con un plan estratégico denominado “Agricultura urbana, suburbana y familiar Pinar del Río. Plan de desarrollo 2016-2020”, donde se percibe la carencia de acciones específicas que permitan proyectar, dirigir y consolidar las prácticas de AF y lograr sistematizar dichas experiencias en el territorio.
Al analizar los objetivos propuestos para el subprograma de “patios y parcelas familiares” y sus respectivos indicadores en los Lineamientos de la Agricultura AU/ASU/AF para el año 2016, se evidencia que no existe una correspondencia entre objetivos e indicadores, ni especifica el desglose de cada uno de los indicadores que permita evaluar desde la dirección nacional, provincial y municipal las prácticas y la gestión que desempeñan en cada territorio concerniente a la AF.
Análisis de la SAN en el municipio Pinar del Río
El cálculo de las necesidades nutricionales en el municipio Pinar de Río se realiza a partir de estimaciones de las formas de autoabastecimiento alimentario con que cuenta el municipio, lo que permite obtener el consumo diario de nutrientes hasta el cierre del año 2015 (ONEI, 2015).
Considerando que el Ministerio de Salud Pública de Cuba expresa que los niveles nutricionales mínimos para poseer una vida activa sana es de 2 400 kilocalorías y 72 gramos de proteínas, se pudo apreciar que para una población de 190 931 se obtiene como promedio diario, por habitante, 1346.20 kilocalorías y 108.04 gramos de proteínas al día; llegando a alcanzar un 56.09% en kilocalorías y excediéndose en un 50% de las proteínas establecidas.
De la misma forma se consideró oportuno calcular lo que los agricultores familiares aportan al consumo diario de nutrientes para la población de Pinar del Río; para ello fue necesario realizar lo siguiente:
1.Calcular la necesidad de alimento
2. Potencialidad
Se utilizó la encuesta y datos estadísticos proporcionados por la Granja Urbana sobre los niveles de producción de las familias que se encuentran inmersas en el programa, permitiendo conocer los niveles de producción y los distintos destinos que los agricultores familiares realizan para su contribución a la SAN
Esto permitió saber que el promedio diario por habitante en kilocalorías que aporta la AF es de 542.87, lo que significa que contribuye en un 22.62% del consumo total de calorías; de la misma forma se obtiene un total de 19.48 gramos de proteínas al día, representado en un 27% del consumo total.
Por la importancia que tiene la demanda de alimentos en la planificación del país, que da la posibilidad de satisfacer las necesidades nutricionales de la sociedad utilizando los recursos de forma racional, el municipio debe prestar mayor atención a su cálculo, partiendo de la dimensión individual, hasta llegar a la dimensión social general, no solo en la canasta familiar sino también en la producción nacional de alimentos, para tener conocimiento de la situación en que se encuentra la gestión de la SAN y, particularmente, lo que los agricultores familiares aportan al autoabastecimiento alimentario del territorio, lo que coincide con lo planteado por Laza et al. (2014).
Análisis de los resultados de las fuentes de información primaria. Entrevista a funcionarios y especialistas
Sobre el rol que juega actualmente la AF en la SAN en el municipio, el 100% de los entrevistados consideran que es de gran importancia para consolidar y contribuir a la SAN, debido a que crea una cultura alimentaria e impacta de forma positiva en la economía familiar.
En relación con las potencialidades que tiene hoy en día la AF para contribuir a la SAN en el municipio, solo el 25% afirma que los agricultores familiares reciben asistencia técnica; dichas familias cuentan con un Consultorio Tienda del Agricultor (CTA) que posibilita el acceso a insumos, semillas y capacitación. Además, dicho porcentaje coincide en que los lineamientos del VI y VII Congreso del PCC reconocen el rol que juega este sector. Mientras que el 75% refiere que entre las potencialidades de la AF están los conocimientos tácitos de los productores.
Acerca de los principales obstáculos o dificultades que presenta la AF, el 100% asevera que los principales son el cambio climático, la poca sistematización de las experiencias, las limitantes con respecto al paquete tecnológico (sistema de riego y otros insumos). El 50% mencionó que los mecanismos para la comercialización no son los más ideales y que existe demora en el apoyo a las familias agricultoras en el proceso de iniciación.
Respecto a los requisitos indispensables para lograr el éxito en la gestión de la AF, el 80% expresa que estos deben ser: la organización, la sistematicidad, el aseguramiento, la capacitación (tanto técnica como la importancia del sector en función de la SAN). Solo el 20% mencionó que se debe poner énfasis en una proyección estratégica para que haya compromiso de todos los actores del territorio.
Sobre el rol de los distintos actores en la gestión de la AF en el municipio, el 100% coincide en que el gobierno local debe impulsar los programas y ser el ente que direccione y controle el cumplimiento de los objetivos; en cuanto al sector empresarial, debe facilitar los procesos de contratación y comercialización; la Universidad por su parte debe promover intercambios de conocimientos y sistematización de buenas prácticas; mientras que la comunidad debe participar activamente en potenciar las experiencias de AF en la producción de alimentos en función de su autoabastecimiento.
Con respecto a las acciones que se deberían contemplar dentro de una estrategia de desarrollo sostenible de la AF como contribución a la SAN, el 100% concuerda en que se debe trabajar en función de la capacitación, monitoreo o evaluación (partiendo de un diagnóstico), además de profundizar en aspectos instructivos como, por ejemplo, la conservación de alimentos.
Finalmente, en cuanto a los indicadores a tener en cuenta dentro de dicha estrategia, el 60% afirma que se debe dar un seguimiento a todo el proceso concerniente a la proyección estratégica de la AF y el 100% coincide en que se debe incluir en la evaluación la parte económica y otras dimensiones como son: lo cultural, productivo, medioambiental y tecnológico.
Encuestas a productores
Se encuestó a productores de 70 patios y 30 parcelas, de los cuales el 35% fueron mujeres y un 65% hombres, con un promedio de edad de 56 años y de 5 miembros por familia; el 30% de los encuestados tienen nivel superior, el 45% alcanza 12 grado y el 25% 9º grado.
Entre los productos que las familias obtienen en sus unidades se destacan: hortalizas, plátanos, tubérculos, frutales, maíz, frijoles, plantas medicinales, tabaco y otros de los subprogramas avícola, porcino y cunícola, lo que concuerda con los datos proporcionados por el PGOT. El 46.3% de los productores destina la producción al autoconsumo, el 28.4% manifiesta que los excedentes los venden en distintos puntos y el 9.5% destina una parte de su producción a lo contratado por las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).
Al preguntarles si, como agricultores familiares, reciben una atención priorizada por parte de las instituciones del Estado encargadas de la AF en el municipio, el 35% de los encuestados seleccionó que sí la recibían y un 65% respondió que no. De la misma forma, el 40% expresa que reciben asesoría especializada para mejorar los resultados productivos y un 60% que aún no la reciben.
En la figura se muestra la evaluación otorgada a dicha atención sobre la base de cuatro criterios.
No obstante estos resultados, el 100% de los encuestados expresaron que se sienten muy satisfechos por los logros productivos obtenidos en sus unidades. Sin embargo, todavía persisten algunas insatisfacciones sobre cuestiones que afectan los rendimientos: el 21.7% señala a la escasez de insumos como primer problema, seguido de un 18.8% que apunta a los precios tanto de semillas como de insumos necesarios para la producción y, en tercer lugar está la falta de atención de las instituciones estatales que atienden la actividad con un 17.4%.
En función de estas dificultades, las familias agricultoras recomiendan, en primer lugar, que exista mayor organización por parte de la institución que atiende estas prácticas para de esta forma tener más personal o representantes en cada Consejo Popular y, a su vez, poder llegar a más patios o parcelas para orientar, promover, incentivar y velar por las necesidades que cuentan en cada unidad productiva.
El 80% afirma que no existe una sistematización en las visitas en cada patio y parcela, así también en los procesos de capacitación o asesoría para mejorar los resultados productivos; “simplemente lo hacen para cumplir con una evaluación del Grupo Nacional de AU/ASU/AF”, por lo que consideran oportuno que todos los actores (gobierno, sector empresarial, Delegación de la Agricultura a través de la Granja Urbana) presten la debida atención a los pequeños agricultores privados e incentiven el incremento de las unidades productivas, pues se ha logrado constatar la importancia que tiene este sector en su contribución a la SAN y al desarrollo de las comunidades en general.
B. Resumen general del diagnóstico: aspectos positivos y negativos
En lo adelante se definen los principales elementos positivos y negativos que inciden en la gestión de la AF en el municipio Pinar del Río, como resultado de la triangulación de las diversas fuentes consultadas para el diagnóstico efectuado.
Aspectos positivos
Aspectos negativos
CONCLUSIONES
La agricultura familiar representa una alternativa productiva necesaria y viable en función del autoabastecimiento alimentario de las familias, las comunidades y las localidades, teniendo importantes aspectos que la acercan a las mejores prácticas del cooperativismo.
La metodología empleada para la realización del diagnóstico empírico, expuesto en el presente trabajo, posibilitó constatar que en el municipio Pinar del Río no se aprovechan las potencialidades que tiene el sector de la AF para contribuir a elevar los niveles de SAN.
Se evidencia la falta de prioridad en la atención a las familias agricultoras, matizada por aspectos tanto objetivos como subjetivos que limitan las capacidades productivas familiares, así como la necesidad de lograr una gestión adecuada, coherente y sistémica de la AF, en función de las características, condiciones y potencialidades locales.
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